Soy Antonio Guirao y llevo algo más de 25 años en el sector de la seguridad. Mis valores son hacer las cosas bien hechas sin engañar a nadie. Uno de mis defectos es que no se mentir y si me preguntan respondo con toda sinceridad; entre otro de mis mayores defectos está el no ser imparcial con aquello que es burdo, imperfecto o tosco. No me gustan las cosas mal hechas por eso todo aquello que fabricamos es perfecto, preciso, detallista y conciso. Como profesional, le doy mucho valor a aquellas personas que me enseñan día a día.
Estar todos los días instalando es lo que te da la experiencia: No basta con tener nociones técnicas, sino experimentar, trabajando con y para el publico, interesándose verdaderamente por las necesidades y problemas de mis clientes procurando ayudar en lo posible.
Mis clientes no son un número en las estadísticas, son las personas que enriquecen mis conocimientos
Desde joven fui aprendiendo siempre de los mejores. La primera referencia la tomé de los primeros manyans y antiguos artesanos de Valencia situados en la calle Bañ dels Pavesos (que siguen en la actualidad trabajando de generación en generación). Personalmente he conocido a 3 generaciones en mi faceta personal, y de todos ellos siempre he sacado algo muy positivo. Es posible que ya ni se acuerden de mí por que perdí el contacto con ellos, pero fueron parte importante en mi vida de lo que estoy muy agradecido.
Estuve trabajando para aseguradoras durante muchos años atendiendo siniestros de robo, y el primero que llegaba era yo. Era muy duro ver como la gente tras años y años ahorrando, los robaban sin ninguna impunidad y por que en un momento dado de sus vidas habían sido asesorados por malos profesionales o charlatanes que les habían vendido el mejor sistema de seguridad o la mejor puerta a precio de jamón de Jabugo cuando realmente era un simple chorizo (pongo este ejemplo para mayor comprensión).
Compaginando mi trabajo de cerrajería y carpintería, ya estaba esforzandome de como fabricar una puerta acorazada para evitar que los cacos anduvieran impunemente por la casa de la gente.
En los años 90 blindaba puertas, o las modificaba para mejorar la seguridad con lo que contábamos en aquellos años, que era acero y cerraduras vistas o solapadas; lo que mejor funcionaba eran las cerraduras Fichet que permitían adaptar una seguridad muy importante a una puerta mediocre.
Empecé a fabricar las puertas mano a mano y de manera artesanal haciendo una puerta muy segura, pero no salía rentable y en caso de tentativa de robo, la actuación de maniobra era limitada por que no es como hoy, que fabricamos las puertas a medida con los parámetros que la gente quiere, personalizando las puertas a su antojo en un tiempo récord.
En agosto del 2004, dejé la fabricación artesanal y a los pocos años me uní a uno de los grandes de las puertas cortafuegos y fue cuando de no saber nada de fuego y tener mucha experiencia en seguridad, a crear la primera puerta cortafuegos acorazada del mercado, con ganchos y que al mismo tiempo era flexible ante el ataque del robo (esta patentado); explicado de otra manera, al palanquear la puerta, ésta flexaba, y cuando dejabas de hacer fuerza, la hoja volvía a su punto de inicio. Esto era prometedor por que los cacos se volvían locos sin poder abrir las puertas. (El problema era la incompatibilidad con el grado 4 y el fuego en una hoja EI 60 siendo flexible al mismo tiempo)
Tras este periodo intenso de enseñanzas y aprendizajes, empecé a diseñar el producto que a mi me convencía. Una puerta con una seguridad extremadamente alta, una puerta certificada bajo el beneplácito de la unión europea y lo más «guay«, que tenía las bisagras invisibles por lo tanto hacía la puerta inexpugnable en los tiempos determinados por las normativas actuales europeas.
He trabajado y colaborado con muchas empresas y marcas de puertas acorazadas del sector (y sigo proporcionando soporte técnico) y poco a poco me he ido distanciando de aquellos que no han querido innovar y resetear sus conocimientos básicos (por lo menos los básicos). Empresas que han apostado por el continuismo y no han arriesgado por ser diferentes e innovadores llegando al sedentarismo comercial y que prefirieron vender en grandes superficies degradando una marca, creyendo que ese era el mejor camino para salvarse del hundimiento inminente.
Análisis personal: Es posible que alguna vez me hayas preguntado y no te guste mi respuesta, pero nunca te mentiré para proponerte algo que otros te hayan dicho que te interesa… Si estás convencido de lo que te dicen, hazlo. Ya somos lo suficientemente adultos para tomar nuestras propias decisiones.
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